México, D.F. (diablos.com.mx / Vania Ravelo), 28 de agosto.- Durante una Olimpiada Regional celebrada en el estado de Veracruz, en 2008, las cualidades de Carlos Garzón llamaron la atención del scout Víctor Ledezma quien echó ojo al joven prospecto. Tres años después de la selección y de pulir su talento, el oaxaqueño debutó en Liga Mexicana de Beisbol con Guerreros y, en 2012, vistió la camisola de Diablos Rojos.
“Llevar la franela de Diablos da mucha emoción y responsabilidad. Es una de las instituciones más grandes en México, es la responsabilidad de saber que puedes hacer algo importante en este equipo porque, además, es una vitrina muy grande para el beisbol de Estados Unidos”, comenta Garzón, uno de los jóvenes peloteros que aparecieron en el roster escarlata durante la reciente campaña 2013.
“He estado en las sucursales de Ensenada, con Oaxaca y con el mismo equipo. Me siento emocionado de estar en un equipo que me hace dar lo mejor de mí”, asegura el catcher de 21 años.
Como guardián de la receptoría, para Garzón resultó una gran experiencia vivir la campaña veraniega 2012 a las órdenes del manager Miguel Ojeda, un jugador insignia de Diablos Rojos del México y un referente de la pelota mexicana.
“Es un referente del catcheo. Todos los catchers quieren el número 35 por él y tenerlo como manager fue muy bueno, es muy buena persona, un ídolo. Me aconsejó poner atención al juego por si se daba la oportunidad de entrar a participar, tener conocimiento de los bateadores y los pitcheos, estar atento a todo y dar el ciento por ciento en el terreno de juego”, explica Carlos.
En aquella Olimpiada en 2008, en la que comenzó el sueño de convertirse en profesional, Garzón participó en la prueba Junior –categoría 15-16 años– y ganó bronce. Entonces no pensó que unos años después compartiría el clubhouse con jugadores estrella como el mismo Ojeda, Rodrigo López, Dennys Reyes, Eliezer Alfonzo y otros protagonistas de la novena escarlata.
“Da mucha emoción estar junto a grandes personalidades del beisbol mexicano, es un equipo con mucha experiencia, con talento joven y experimentado, se les aprende cosas nuevas de verlos cada día en los juegos. Da mucha emoción estar en este equipo”, insiste Carlos Eduardo.
Tras un intenso calendario, Garzón continúa con el trabajo duro, a la espera de conquistar un lugar como titular en Diablos Rojos.
“El reto es jugar, hacer bien el trabajo detrás de home, batear y dar el ciento por ciento en el terreno. Me firmaron en una Olimpiada, ahí comenzó el sueño de querer estar con El México y ¿por qué no?, probar suerte en Estados Unidos, aquí estamos dando lo mejor de nosotros cada día”, finaliza el joven receptor.
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