México,
D.F. (lmb.com.mx/Gabriel Medina) 30 de julio.- Luego de 16 temporadas consistentes
como profesional en la Liga Mexicana de Beisbol, el 2013 es el año de sus
sueños, el año en el que está a cinco juegos de ceñirse la corona de bateo del
circuito que lo vio debutar en 1998.
Una
preparación distinta en la pretemporada, ajustes en la mecánica del swing,
trabajo sin tregua y un toque de suerte y azar tienen a Luis Mauricio Suárez,
jardinero de los Pericos de Puebla, en los umbrales de ser el quinto campeón de
bateo mexicano en los últimos 17 años en la LMB.
“Físicamente
estoy muy cansado, ha sido una temporada muy larga, con muchos turnos, pero con
una gran motivación que es el campeonato de bateo y estar en el playoff”,
asegura Suárez, quien desde el 24 de abril le imprime un ritmo incesante y a la
vez extenuante a su bitácora personal, pues desde ese día, a la fecha, promedia
arriba de las .400 milésimas.
Suárez
cosecha los ajustes que hizo para este año: dejó las pesas y apostó por
calzarse los guantes de boxeo para adquirir velocidad, destreza y condición
física; empezó a batear a la banda contraria, integró un paso más largo con el
pie derecho al atacar los lanzamientos para dejarse llegar más la pelota y
empujarla hacia el jardín izquierdo; y uno de los ingredientes más importantes
es la dedicatoria especial de este calendario, con el cual rinde homenaje a la
memoria de su madre, fallecida previo al inicio del calendario.
“El
título lo veo cercano, ahora mismo sólo somos dos en la competencia, Sandy
Madera (su compañero con los poblanos) y yo. La verdad es que hemos platicado
mucho sobre el título, pero más sobre el equipo y a los dos nos comen las
ansias”, confiesa Suárez, quien debutó en la LMB en 1998 con los Tigres
entonces capitalinos.
“Fallar
los menos turnos posibles y dar los más hits posibles“, atina a responder Luis
Mauricio sobre la receta para los juegos venideros. “Tengo un poco de presión
por el equipo, por la calificación, pero lo demás está en mis manos, es más
personal y creo que puedo conseguirlo, hay que concentrarse unos 20 o 25 turnos
más”, detalla.
Desde
1937, cuando Alfonso Nieto, alzó el título de bateo con el Agricultura, ningún
mexicano ha promediado arriba de las .400 milésimas al cabo del calendario para
alzar el título de bateo. Suárez está cerca de conseguirlo.
“El
punto número uno es ser el campeón bateador; lo demás es un lujo, como batear
arriba de .400, estoy cerca de bajar, pero este es un equipo que batea mucho y
eso es muy contagioso”, agrega.
Cuando
restan dos series, Suárez bateará ante Saltillo en el parque Hermanos Serdán,
en su diamante, donde promedia grueso .448 en 53 juegos; y cerrará la temporada
en de gira en Aguascalientes, en un parque apto para el bateo como el Alberto
Romo Chávez, donde en su última visita no tuvo mucha fortuna, al irse de 11-3.
A
sus 33 años, el oriundo de la capital del país está muy cerca de rubricar lo
que él mismo califica como “el año de mis sueños” y convertirse en el primer
mexicano campeón de bateo desde 2005, cuando su ex compañero Javier Robles lo
consiguió con los Tigres, entonces de Puebla.
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